jueves, abril 12, 2007

Músico, no estrella (entrevista a Manolo García, antes de su visita a México).


Si las leyendas se escogen por sus méritos, Manolo García podría ser uno de los primeros en alcanzar esa categoría. Sin embargo, el músico español rehúye de la invitación y se aleja tanto como pueda de la idea. Para él, ser considerado como una leyenda nunca ha sido su objetivo, incluso lo desprecia y cuestiona a quien se considera a sí mismo como una gloria.
Antes de su visita a México el próximo 23 de abril, en la que el Lunario será sede de la presentación de su más reciente disco Para que no se duerman mis sentidos, el otrora integrante del grupo El Último de la Fila, se confesó a Excélsior.
Resto del articulo en comentarios.

Articulo sacado de...pica para ver enlace.

2 comentarios:

Paton ¿será por las patas? dijo...

"Siempre he intentado no perder el rumbo, que la vanidad no me ciegue y que el hecho de ser un músico popular no haga de mí una persona que no vive en el mundo real o que viva en un mundo que se ha creado él mismo. Mi vida es bastante normal, no me interesa ser una estrella, mi condición de músico no me quita el vivir el día a día, ver a mi gente, comunicarme en mi barrio y eso es lo que me da un poco la visión de lo que me rodea", comentó en entrevista el cantante español.

¿Cómo distinguir entonces las aspiraciones de tantos músicos?

El músico auténtico no se preocupa por esas cuestiones, está preocupado el advenedizo, el que sabe que está ahí porque quiere ser artista. Es como ahora los jóvenes que se preguntan cómo hacerle para vivir bien sin trabajar. Antes, en los años 70, ser músico era ser la oveja negra de la familia, era sinónimo de ser rebelde, greñudo, drogadicto y demás. Ahora no, ahora ser músico es sinónimo de status social, de poder tener una vida confortable y ese cambio es sospechoso. Pero el músico real sigue estando ahí.

¿Cómo te mantienes ajeno a esa vorágine?

Han sido muchos años en los que he sido músico de muchos tipos, desde cargar las camionetas con equipo hasta ser famoso. Pero entonces cuando han llegado las ventas de discos y la popularidad yo llevaba ya tantos años de músico cargando y montando equipo, viajando de una manera humilde, que sé lo que es eso así que no pretendo otro status. Lo único que pretendo es que cada disco me sorprenda a mí, que cada disco me dé nuevos asideros para seguir viviendo, para soportar esta sociedad a veces tan dura.

¿Cómo vislumbras ahora el mundo de la música?

Ahora hay mayor distancia, como una zanja en donde hay dos bandos. En uno la música que está de cara a lo comercial y al dinero y otra música que es la de creación. Yo pretendo encontrarme entre los músicos de creación, lo he intentado, en mí no prima el éxito de querer vender más que nadie y estar siempre en la cresta de la ola; yo quiero disfrutar el disco que hago.

¿Se pierde la esencia del rock?

El tiempo es un filtro excelente, todo lo pone en su lugar. Si la pretensión de una banda es vender discos y sacar un poco de dinero para comprarse un gran auto eso queda muy claro. Cada músico decide su camino aunque hay veces que el camino busca al músico.

Entonces, ¿cómo defines tu objetivo como músico?

Mi idea de la música no es comerme el mercado, para mí el triunfo no son premios en una estantería, no son Grammys, eso es algo muy concreto, el premio es la satisfacción de ver unos cuantos aficionados con los ojos brillantes en un concierto, y yo esa sensación la he tenido a lo largo de mi vida muchas veces sobre el escenario y abajo, con el público, viendo tocar a otros músicos.

La música, por suerte, es una religión, es algo espiritual, algo tan simple como la música popular, como una ranchera o un tango que te puede hacer reír, te hace llorar, cantar o pensar, eso es lo que pretendo yo con mi viaje, compartir un puñado de canciones con las personas que acudan.

¿Mantienes entonces una línea fiel al rock contestatario?

Mi tarea no es heroica ni enconada, es una tarea muy simple, la música no va a cambiar al mundo pero lo hace un poco mejor, nos hace mejores como personas y el grano de arena que ofrece cada músico hace que tu mente y tu espíritu se muevan y todo tenga algún sentido con muchísimas canciones. Hago canciones e intento ser íntegro, con óptica propia, dentro del terreno musical no hago nada por dinero. Únicamente hago canciones y conciertos y no cedo ante las tentaciones, no vendo nada, yo sólo ofrezco mi música.

¿Nunca te ha desilusionado la industria musical?

Me ha desilusionado desde el primer momento en que puse el pie en ella, no me desilusiona la gente que trabaja en ella, hay muchas personas que me han demostrado muchas veces su vocación y entrega a la música. Pero ese gran ente que es la industria sí me desilusiona porque únicamente hay ánimo de lucro y no de difusión de cultura pero no hace que piense dejar la música porque la música vive dentro de uno y todo lo vivo con la música.

¿Cómo perdura tu ánimo creativo?

Soy un poco pintor, he hecho algunas exposiciones, me gusta la fotografía. Esas curiosidades que tengo me piden su tiempo, para mí lo importante es no entrar en el círculo que me tenga girando en España y Latinoamérica, luego grabar otro disco, hacer duetos, más giras, premios, eso no me dejaría vivir. Mi fórmula es muy sencilla, cuando acabo una gira o nuevo disco me borro de la música. No soy músico más que de corazón".

Anónimo dijo...

Qué entrevista más interesante! Muchas gracias!! Refleja muy bien su forma de pensar, admirable por cierto.

Aprovecho para felicitarte por tu Blog! Está genial! Es una alegría que la música de Manolo o El Último tenga repercusión mundial.
Que disfruteis muchísimo de sus directos, tanto como nosotros aquí.

Saludos desde Guadalajara, España ;-)

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Tu sonrrisa rota yo te la compongo, que soy zapatero remendon.