Un viejo adagio de los amantes de la música dice que las canciones de Dylan suenan mejor en la voz de otros que interpretadas por él mismo. Lo cual es un tanto exagerado, teniendo en cuenta que se han cometido atrocidades con las siempre bellas creaciones del gran Robert Zimmermann. Pero también hay algo de cierto en todo esto: sus melodías y sus letras suelen oírse más amigables a través de gargantas menos rugosas, aún cuando pierdan el dramatismo original. Dylanesque es, precisamente, la exacerbación de este precepto: Bryan Ferry se adueña de un puñado de gemas que llevan la firma de Bob y, directamente, les cambia el estado de ánimo.
Lo que el ex Roxy Music hace con las canciones es limarle las asperezas, extirparle todo rastro de peligrosidad y urgencia, minimizar el componente bohemio y reencauzarlas en múltiples vertientes del pop. Así, se vuelven simpáticas, elegantes, mucho más livianas, casi easy listening, pero innegablemente menos cargadas de significado. Lo cual no significa que no sean disfrutables, sino que, con sus nuevos ropajes, van a parar a otro sector del cerebro.
Como lo hizo durante toda su carrera como solista, Ferry dignifica el oficio de intérprete, no intentando imitar al autor, sino apropiándose de la estructura de la canción, resignificándola y logrando así una obra nueva que, de todos modos, sigue remitiendo a las mejores virtudes de la original. En este caso le sacó el vino barato de la mano a Dylan y le dio un traguito fresco y dulce: rico de todos modos, pero para ocasiones completamente diferentes.
Lista de temas:
01- Just like Tom thumb's blues.
02- Simple twist of fate.
03- Make you feel my love.
04- Times they are A-changin'.
05- All I really want to do.
06- Knockin' on heaven's door.
07- Positively 4th street.
08- If not for you.
09- Baby, let me follow you down.
10- Gates of eden.
11- All along the watchtower.
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