N. ARRIETA 22/03/2012
--Vuelve tres años después presentando su álbum Los días intactos, ¿también intacto?
--Intacto no queda nadie, ni nada al paso del tiempo, pero estoy
bastante entero. Respecto a la música, tras muchos años de profesión no
solo estoy intacto sino que mi pasión ha aumentado. En la música siempre
vas descubriendo cosas nuevas de otros artistas, otros músico y en
posibilidades tuyas. Además sigo disfrutando cada vez que salgo al
escenario y me lo paso genial viendo a la gente contenta escuchando mis
canciones.
--En este disco continúa con sus canciones intimistas, pero se aprecia un toque diferente...
--Así es, trae un poco más de rock and roll. Mis gustos musicales
casi siempre han ido por otro lado a lo que yo he mostrado. Siempre me
ha gustado la música más rockera, más dura, y yo he hecho discos más
amables de pop, pop rock. Sin embargo en este disco de manera más
natural me ha salido el lado más rockero con guitarras más afiladas,
estridentes y dinámicas. Estoy contento porque significa que esta
capacidad de ir mutando no ha decaído
--Y cuenta por primera vez con una colaboración, Ivette Nadal...
--Sí, es una cantante catalana. Escuché un par de discos suyos y al
verla en directo le ofrecí cantar conmigo. No soy muy amigos de los
duetos, pero siempre prefiero hacerlo con músicos que están empezando
que con gente consagrada. No sé si será un empujón, si lo es yo
encantado porque la gente joven tiene que tirar adelanta y trabajar muy
duro.
--Al salir el álbum fue directamente disco de platino y ha estado muchas semanas número uno en ventas, ¿cómo lo hace?
--No se puede controlar que un disco guste, puedes forzar el
márketing y hacer promociones y quizás habrá gente más despistada que lo
compre, pero si no gusta no gusta. Yo tuve la suerte de que gustó y el
boca a oreja hizo que se extendiese como una mancha de aceite. Es muy
satisfactorio que tras dos años de trabajo esté gustando tanto.
--Además del disco también acaba de publicar el libro La rama más alta, ¿qué es?
--Son textos que me sobraban de las canciones, cosas que he ido
escribiendo y que no me han gustado como canciones al componer los
primeros acordes, pero que no me disgustaban como escritos y reflexiones
y los he ido guardando a lo largo de los año.
--Y no solo maneja los acordes y la pluma, también el pincel y ahora expone sus obras en Madrid...
--También he querido juntarlo todo a la vez porque son las tres
tareas que yo voy realizando siempre paralelamente. El arte es mi forma
de vida y como artista me apetecía mostrarlo. Los cuadros son el
producto de estos últimos años de mi vida y ahí reflejo mis inquietudes o
anhelos. Soy un pintor onírico. Hago mundos de sueño quebrados y
extraños que me salen solos, sin pensarlos, porque una de las cosas que
más detesto es la rutina por eso siempre pinto cosas diferentes.
--El nombre de la exposición es Apuntes de campo de un escéptico participativo, ¿así se define?
--Sí, soy algo contradictorio en ese sentido. El mundo y sus
aconteceres me dislocan, y por eso tengo la necesidad de aportar mi
granito de arena de la manera más inocente y más necesaria para mí,
compartiendo mis inquietudes. Es por eso que muestro mis escritos,
dibujos y canciones, para conectar con las personas que tienen las
mismas fobias que yo y así siento que no estoy solo, que somos muchos.
--¿Cuál es su reto ahora?
--Más allá de esto yo me centro en la música y no fallar en los
concierto es el reto mayor. Si el disco esta gustando tengo que lograr
que se materialice cada noche y que ese gusto por las canciones crezca
todavía más al escucharlas en directo durante la gira.
--Aún así agota todas las entradas, como ha ocurrido en Zaragoza, ¿cómo se siente?
--No me confío, eso no debe hacerlo ningún artista. Yo me quedo con
la sensación de que no puedo fallar, hay que hacerlo bien porque el
público ha confiado mucho en mí.
-- Y ¿cómo lo hará hoy y mañana en la sala Mozart?
--Llegaré junto a siete músicos con la pretensión de encandilar.
Siempre le echamos muchas ganas y, aunque la gente pueda creer que como
estamos de gira cada concierto es igual y se hace de una forma maquinal,
no es cierto. Esta noche se verán a unos locos de la música cargados de
energía. Lo mismo que ocurrirá el viernes. Intentamos que nadie note
que la noche anterior estábamos en otro concierto. Cada concierto es
único y lo hacemos como si fuese el primero y el último.
--¿Le gusta actuar en Zaragoza?
--Me encanta. Es un publico familiar ya que he estado muchas veces,
en diferentes formatos y espacios. Conozco al publico y no solo al de
Zaragoza, también al de Huesca y Teruel. Algunos ya son amigos
personales y hoy será un reencuentro.
http://www.elperiodicodearagon.com/
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